martes, 26 de febrero de 2013

Aurora


Tik-tak, tik-tak el tiempo corría y no podía moverme. La desesperación comenzó a apoderarse de todo mi cuerpo, forcé otra vez las cadenas que me tenían aprisionada pero era inútil, mis manos y piernas jamás se separarían de esos grilletes de acero. Abrí la boca queriendo gritar pero a ella solo entro aire pesado y caliente que apago mis quejidos y me hizo caer en la cuenta de que el fuego ya estaba llegando a las mazmorras. Me quemaría viva, era un hecho, nadie vendría por una traidora aquí. Nadie arriesgaría su vida por un simple monstruo como yo. Grite de pura impotencia y unas cuantas lagrimas salieron de mis ojos y cayeron por mi rostro ennegrecido y magullado. No quería morir aquí, que le dirían a mamá? Ella aun no estaba enterada de la segunda vida que llevaba, tal vez ni siquiera le dirían nada y ella siempre  tendría la duda de por que desaparecí y si aun seguía viva. Mas lagrimas salieron de mis ojos casi secos, no quería dejar sola a mamá, estaba desprotegida y con la pronta partida de mi padre ahora estaba tan vulnerable. Que haría sin mi? me pregunte con tristeza y ahora la rabia se apodero de mi. Moriría injustamente, dejaría sola a mi madre por haberme enamorado de la persona menos indicada, por haber decidido revelarme ante mis superiores y sobre todo a mi destino, a Karsten. Aquel chico abominable que me había metido en este agujero. Si tan solo hubiera sabido que decirle “NO” significaba pasar noches enteras sin comer y amarrada a esto, me hubiera pensado dos veces su propuesta pero ya era demasiado tarde. Había decidido quedarme con Erick, aquel chico de ojos verdosos que me paralizaba con el simple hecho de decir mi nombre, a quien le había regalado mi ser, con quien había compartido todo, hasta mi don y todo para que? Para que al final, me dejara sola aquí, lista para morir por mi traición, sola. Di todo por un chico que al final termino traicionándome como todos me lo dijeron al principio, “Los Anakin jamás serán confiables” dijo un día Karsten y yo me resistí a creerle “Son crueles y abominables, solo viven para chupar la vida de todo ser viviente y luego se van, por eso deben de morir” las palabras de Karsten resonaron en mi cabeza con firmeza, como si el estuviera aquí. Todo hubiera sido mejor si me enamoraba de ti. Pensé mientras dejaba de forcejear, ya no era necesario, moriría por el sofocamiento en pocos minutos. Cerré los ojos y deje que me llevara, poco a poco la inconsciencia, la oscuridad no vino sola sino cargada de recuerdos dolorosos, todos sobre Erick.

-        ¿Vez esa estrella?- pregunto Erick que me abrasaba cariñosamente con un brazo mientras que con la otra mano señalaba una pequeña estrella que resaltaba entre las demás por su esplendor azulino.

Era un día de invierno, hacia demasiado frío en aquella terraza desierta y llena de nieve pero aun así, estar cerca de Erick me reconfortaba. Era un Anakin, un cazador de gente como yo, gente diferente a la que le quitaba el alma . Pero aun así, cerca de el me sentía mas protegida que con los de mi propia especie, los Shurins, gente que nacía con el don de la luz.
 Era complicado ser un Shurin, traía mucha responsabilidad, por que gracia a ese poder, tenias el don de la vida, de la curación y claro esta de la luz, entre muchos otros que aun no había aprendido a utilizar. Éramos gente delicada y sensible a los cambios, comprometida con la naturaleza. Mientras que los Anakins eran cazadores potenciales, hombres hoscos y fuertes. Llenos de rabia y con el único propósito de acabar con todos nosotros. Sacarnos los dones quedarse con ellos y matarnos en el proceso, esa era su misión. Gente que llegaba, destruía todo y luego se iba. Pero Erick no era así, el era la excepción por que, a pesar de saber lo que yo era no me hacia daño, me protegía, quería estar por siempre a mi lado.

-        Si- dije mientras me apegaba mas a su pecho.
-        ¿Vez algo diferente en ella?

-        No...solo que brilla demasiado, de seguro es una estrella joven.
-        Así es pero esta es especial por que será nuestra estrella, por que siempre que estés perdida, solo tienes que verla y saber que yo estaré allí, para protegerte, para no dejarte jamás sola. – una sonrisa se escapo de mi rostro pero no dije nada solo observe la estrella y deje que sus palabras calaran dentro de mi.- te Amo Aurora, como no he amado a nadie en este mundo. Quiero escapar contigo, olvidar todo esto y hacer una vida junto a ti.

-         Erick…- hable en un susurro, lo mire a los ojos y vi toda la ilusión que tenían estos, hablaba enserio. Le tome el rostro con las dos manos y me acerque un poquito mas a el- eso me encantaría.


Erick sonrío de oreja a oreja y me dio un beso cargado de pasión que me dejo sin aliento. Hacia frío pero eso ya no importaba, nos dejamos llevar por el instinto, solo queríamos estar cerca, mas cerca que nunca. Poco a poco fue metiendo sus manos dentro de mi chaqueta, el contacto de mi vientre con sus manos frías me erizo la piel y di un respigo pero el no paro, ni yo.



-        Espera- dije entre jadeos 

-        ¿Qué pasa? Pensé que tu…- trato de sacar las manos pensando que iba muy rápido pero yo lo detuve aprisionando su cuello entre mis brazos.

-         Lo deseo tanto como tu pero primero tengo que darte algo, algo mucho mas especial que mi virginidad.- hable y Erick se puso algo serio y tenso.- quiero compartir mi don contigo- dije con una tímida sonrisa y Erick se quedo algo extrañado.

-        Para eso tengo que matarte y yo no quiero hacerlo- dijo mientras con delicadeza sacaba sus manos y rodeaba mi cintura por encima de la ropa. Negué con la cabeza.
-        No es necesario hacerme daño si yo quiero compartir mi don contigo.
-        ¿Estas segura?

-        Si, lo he sabido desde siempre pero quería estar completamente segura de…

-         ¿De que no era un traidor?
-         De que te amaba Erick.

-        ¿Y ahora lo sabes?

-        Estoy mas segura que nunca.- dije. Me aleje un poco de el, respire profundamente y cerré los ojos.

Puse delicadamente la mano en mi pecho, encima de mi corazón, que palpitaba al compás de mi respiración. No dolió nada, solo se sintió extraño. Por un instante sentí mas frío que nunca, un suspiro se me escapo y bam! Ya tenia un pedacito de luz brillante en la palma de mi mano. Sonreí complacida y Erick sonrío lleno de asombro.

-        Como la estrella, con este pedacito de mi, yo estaré siempre a tu lado.- dije mientras le ponía la pequeña luz en el pecho. Respiro profundamente y cerró los ojos. Después de un instante los abrió y me sonrío mas feliz que nunca.

-         Lo siento!- dijo contento y yo le sonríe. Tomo mi mano, que aun seguía en su pecho y la beso con delicadeza. – Gracias
-        Gracias a ti por demostrarme que todo esto puede ser real.
-        Te amo Aurora, mas que a mi vida
-         Y yo te amo mas...


-        Aurora amor, no te me vallas por favor se fuerte….- dijo una voz muy conocida. Lo seré siempre por ti, aun que me hayas traicionado siempre te amare. Pensé con tristeza. – por favor amor, por favor quédate conmigo.
-        Siempre- dije en un susurro casi inaudible.
-        Ha hablado, sigue viva!- dijo otra voz, reconocía esa voz, era Mark uno de los amigos guerreros de Erick. Pero que hacia en mis ultimas fantasías?
-        ¿Aurora?- pregunto otra vez Erick y seguido a eso tosió fuertemente. En ese instante me di cuenta de dos cosas. Las voces eran reales y no solo un recuerdo y segundo, el humo le estaba haciendo daño a Erick… Mi Erick! El estaba aquí, no se había ido, no me había traicionado.
-        ¡Erick! Tómala en brazos y larguémonos de aquí, los Shurins están por venir y si descubren que vinimos por ella, estaremos en problemas.
-        Ellos ya saben que vinimos por Aurora.- dijo Erick y me quito los grilletes.- pero dudo que hagan algo por ella.- dijo y me tomo en brazos.- lamento haberme tardado tanto.- me dijo en un susurro.- quería rescatarte apenas te alejaron de mi pero necesitaba refuerzos.
-        Y si que los a conseguido- dijo una voz femenina. Trate de recordar a alguna mujer Anakin pero no conocía a nadie- larguémonos de aquí chicos, hay demasiados arriba que siguen luchado así que tendremos que ir por las catacumbas. ¿Conoces algún pasaje secreto Aurora?
-        Esta débil, dudo que pueda contestar- dijo Erick
-        Sigue de frente y cuando llegues a la ultima celda gira a la derecha.- dije débilmente y sin poder abrir los ojos aun.
-        Perfecto- dijo la mujer y comenzaron a caminar. No se cuantos eran pero apenas salimos de la estancia escuche gritos y mucho ruido. El calor asfixiante se hizo mucho mas notorio y doloroso.
-        Hay una pelea afuera, todos luchamos para sacarte de aquí- dijo Erick dulcemente. Me obligue a abrir los ojos y por fin vi su perfecto rostro, sus facciones angelicales ahora estaban demacradas. Grandes surcos de sangre recorrían el lado derecho de su rostro. Uno de sus pómulos estaba algo hinchado y lleno de sangre. Erick estaba herido y todo era para salvarme.- estas bien?- me pregunto y por un instante me miro a los ojos mientras corría.
-        Ahora si- dije con una semi sonrisa y la oscuridad de las mazmorras se apodero de todo haciendo que ya no lo pudiera ver mas.
-        Pero no por mucho – hablo la voz de Karsten y se me helo la sangre. Me quede paralizada al ver como el hijo del líder Shurin se materializaba al frente nuestro, brillante como nunca lo había visto, nos tapaba la única salida de escape que teníamos – Aurora es mía, siempre lo va a ser así que jamás saldrá de aquí.
-        La tendrás sobre mi cadáver- dijo Erick con mucha rabia.
-        Eso….. eso no será complicado.- dijo Karsten con ese tonito arrogante y superior que siempre tenia, y luego se abalanzó sobre nosotros sin mas preámbulo.

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