Tik-tak, tik-tak el tiempo corría y no podía moverme. La
desesperación comenzó a apoderarse de todo mi cuerpo, forcé otra vez las
cadenas que me tenían aprisionada pero era inútil, mis manos y piernas jamás se
separarían de esos grilletes de acero. Abrí la boca queriendo gritar pero a
ella solo entro aire pesado y caliente que apago mis quejidos y me hizo caer en
la cuenta de que el fuego ya estaba llegando a las mazmorras. Me quemaría viva,
era un hecho, nadie vendría por una traidora aquí. Nadie arriesgaría su vida
por un simple monstruo como yo. Grite de pura impotencia y unas cuantas
lagrimas salieron de mis ojos y cayeron por mi rostro ennegrecido y magullado.
No quería morir aquí, que le dirían a mamá? Ella aun no estaba enterada de la
segunda vida que llevaba, tal vez ni siquiera le dirían nada y ella siempre
tendría la duda de por que desaparecí y si aun seguía viva. Mas lagrimas
salieron de mis ojos casi secos, no quería dejar sola a mamá, estaba
desprotegida y con la pronta partida de mi padre ahora estaba tan vulnerable.
Que haría sin mi? me pregunte con tristeza y ahora la rabia se apodero de mi.
Moriría injustamente, dejaría sola a mi madre por haberme enamorado de la
persona menos indicada, por haber decidido revelarme ante mis superiores y
sobre todo a mi destino, a Karsten. Aquel chico abominable que me había metido
en este agujero. Si tan solo hubiera sabido que decirle “NO” significaba pasar
noches enteras sin comer y amarrada a esto, me hubiera pensado dos veces su
propuesta pero ya era demasiado tarde. Había decidido quedarme con Erick, aquel
chico de ojos verdosos que me paralizaba con el simple hecho de decir mi
nombre, a quien le había regalado mi ser, con quien había compartido todo,
hasta mi don y todo para que? Para que al final, me dejara sola aquí, lista
para morir por mi traición, sola. Di todo por un chico que al final termino
traicionándome como todos me lo dijeron al principio, “Los Anakin jamás serán
confiables” dijo un día Karsten y yo me resistí a creerle “Son crueles y
abominables, solo viven para chupar la vida de todo ser viviente y luego se
van, por eso deben de morir” las palabras de Karsten resonaron en mi cabeza con
firmeza, como si el estuviera aquí. Todo hubiera sido mejor si me enamoraba
de ti. Pensé mientras dejaba de forcejear, ya no era necesario, moriría por
el sofocamiento en pocos minutos. Cerré los ojos y deje que me llevara, poco a
poco la inconsciencia, la oscuridad no vino sola sino cargada de recuerdos
dolorosos, todos sobre Erick.
-
¿Vez esa
estrella?- pregunto Erick que me abrasaba cariñosamente con un brazo mientras
que con la otra mano señalaba una pequeña estrella que resaltaba entre las
demás por su esplendor azulino.
Era un día de invierno, hacia demasiado frío en
aquella terraza desierta y llena de nieve pero aun así, estar cerca de Erick me
reconfortaba. Era un Anakin, un cazador de gente como yo, gente diferente a la
que le quitaba el alma . Pero aun así, cerca de el me sentía mas protegida que
con los de mi propia especie, los Shurins, gente que nacía con el don de la
luz.
Era complicado ser un Shurin, traía mucha responsabilidad, por que gracia
a ese poder, tenias el don de la vida, de la curación y claro esta de la luz,
entre muchos otros que aun no había aprendido a utilizar. Éramos gente delicada
y sensible a los cambios, comprometida con la naturaleza. Mientras que los
Anakins eran cazadores potenciales, hombres hoscos y fuertes. Llenos de rabia y
con el único propósito de acabar con todos nosotros. Sacarnos los dones
quedarse con ellos y matarnos en el proceso, esa era su misión. Gente que
llegaba, destruía todo y luego se iba. Pero Erick no era así, el era la
excepción por que, a pesar de saber lo que yo era no me hacia daño, me
protegía, quería estar por siempre a mi lado.
-
Si- dije mientras
me apegaba mas a su pecho.
-
¿Vez algo
diferente en ella?
-
No...solo
que brilla demasiado, de seguro es una estrella joven.
-
Así es pero
esta es especial por que será nuestra estrella, por que siempre que estés
perdida, solo tienes que verla y saber que yo estaré allí, para protegerte,
para no dejarte jamás sola. – una sonrisa se escapo de mi rostro pero no dije
nada solo observe la estrella y deje que sus palabras calaran dentro de mi.- te
Amo Aurora, como no he amado a nadie en este mundo. Quiero escapar contigo,
olvidar todo esto y hacer una vida junto a ti.
-
Erick…- hable en un susurro, lo mire a los
ojos y vi toda la ilusión que tenían estos, hablaba enserio. Le tome el rostro
con las dos manos y me acerque un poquito mas a el- eso me encantaría.
Erick sonrío de oreja a oreja y me dio un beso cargado
de pasión que me dejo sin aliento. Hacia frío pero eso ya no importaba, nos
dejamos llevar por el instinto, solo queríamos estar cerca, mas cerca que
nunca. Poco a poco fue metiendo sus manos dentro de mi chaqueta, el contacto de
mi vientre con sus manos frías me erizo la piel y di un respigo pero el no
paro, ni yo.
-
Espera- dije
entre jadeos
-
¿Qué pasa?
Pensé que tu…- trato de sacar las manos pensando que iba muy rápido pero yo lo
detuve aprisionando su cuello entre mis brazos.
-
Lo deseo tanto como tu pero primero tengo que
darte algo, algo mucho mas especial que mi virginidad.- hable y Erick se puso
algo serio y tenso.- quiero compartir mi don contigo- dije con una tímida
sonrisa y Erick se quedo algo extrañado.
-
Para eso
tengo que matarte y yo no quiero hacerlo- dijo mientras con delicadeza sacaba
sus manos y rodeaba mi cintura por encima de la ropa. Negué con la cabeza.
-
No es
necesario hacerme daño si yo quiero compartir mi don contigo.
-
¿Estas
segura?
-
Si, lo he
sabido desde siempre pero quería estar completamente segura de…
-
¿De que no era un traidor?
-
De que te amaba Erick.
-
¿Y ahora lo
sabes?
-
Estoy mas
segura que nunca.- dije. Me aleje un poco de el, respire profundamente y cerré
los ojos.
Puse delicadamente la mano en mi pecho, encima de
mi corazón, que palpitaba al compás de mi respiración. No dolió nada, solo se
sintió extraño. Por un instante sentí mas frío que nunca, un suspiro se me
escapo y bam! Ya tenia un pedacito de luz brillante en la palma de mi mano.
Sonreí complacida y Erick sonrío lleno de asombro.
-
Como la
estrella, con este pedacito de mi, yo estaré siempre a tu lado.- dije mientras
le ponía la pequeña luz en el pecho. Respiro profundamente y cerró los ojos.
Después de un instante los abrió y me sonrío mas feliz que nunca.
-
Lo siento!- dijo contento y yo le sonríe. Tomo
mi mano, que aun seguía en su pecho y la beso con delicadeza. – Gracias
-
Gracias a ti
por demostrarme que todo esto puede ser real.
-
Te amo
Aurora, mas que a mi vida
-
Y yo te amo mas...
-
Aurora amor,
no te me vallas por favor se fuerte….- dijo una voz muy conocida. Lo seré
siempre por ti, aun que me hayas traicionado siempre te amare. Pensé con
tristeza. – por favor amor, por favor quédate conmigo.
-
Siempre-
dije en un susurro casi inaudible.
-
Ha hablado,
sigue viva!- dijo otra voz, reconocía esa voz, era Mark uno de los amigos
guerreros de Erick. Pero que hacia en mis ultimas fantasías?
-
¿Aurora?-
pregunto otra vez Erick y seguido a eso tosió fuertemente. En ese instante me
di cuenta de dos cosas. Las voces eran reales y no solo un recuerdo y segundo,
el humo le estaba haciendo daño a Erick… Mi Erick! El estaba aquí, no se había
ido, no me había traicionado.
-
¡Erick!
Tómala en brazos y larguémonos de aquí, los Shurins están por venir y si
descubren que vinimos por ella, estaremos en problemas.
-
Ellos ya
saben que vinimos por Aurora.- dijo Erick y me quito los grilletes.- pero dudo
que hagan algo por ella.- dijo y me tomo en brazos.- lamento haberme tardado
tanto.- me dijo en un susurro.- quería rescatarte apenas te alejaron de mi pero
necesitaba refuerzos.
-
Y si que los
a conseguido- dijo una voz femenina. Trate de recordar a alguna mujer Anakin
pero no conocía a nadie- larguémonos de aquí chicos, hay demasiados arriba que
siguen luchado así que tendremos que ir por las catacumbas. ¿Conoces algún
pasaje secreto Aurora?
-
Esta débil,
dudo que pueda contestar- dijo Erick
-
Sigue de
frente y cuando llegues a la ultima celda gira a la derecha.- dije débilmente y
sin poder abrir los ojos aun.
-
Perfecto- dijo
la mujer y comenzaron a caminar. No se cuantos eran pero apenas salimos de la
estancia escuche gritos y mucho ruido. El calor asfixiante se hizo mucho mas
notorio y doloroso.
-
Hay una
pelea afuera, todos luchamos para sacarte de aquí- dijo Erick dulcemente. Me
obligue a abrir los ojos y por fin vi su perfecto rostro, sus facciones
angelicales ahora estaban demacradas. Grandes surcos de sangre recorrían el
lado derecho de su rostro. Uno de sus pómulos estaba algo hinchado y lleno de
sangre. Erick estaba herido y todo era para salvarme.- estas bien?- me pregunto
y por un instante me miro a los ojos mientras corría.
-
Ahora si-
dije con una semi sonrisa y la oscuridad de las mazmorras se apodero de todo
haciendo que ya no lo pudiera ver mas.
-
Pero no por
mucho – hablo la voz de Karsten y se me helo la sangre. Me quede paralizada al
ver como el hijo del líder Shurin se materializaba al frente nuestro, brillante
como nunca lo había visto, nos tapaba la única salida de escape que teníamos –
Aurora es mía, siempre lo va a ser así que jamás saldrá de aquí.
-
La tendrás
sobre mi cadáver- dijo Erick con mucha rabia.
-
Eso….. eso
no será complicado.- dijo Karsten con ese tonito arrogante y superior que
siempre tenia, y luego se abalanzó sobre nosotros sin mas preámbulo.
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