Era la primera ves después de mucho que volvía a verlo.
Sus ojos marrones y su mirada seria, me cautivaron por completo otra vez. Tenia
tantas ganas de abrasarlo con todas mis fuerzas, de darle un beso y decirle
cuanto lo había extrañado, que esta vez, a pesar de todo seria diferente. Pero
me mantuve seria y distante. Tal vez él no había cambiada, tal vez seguía
siendo el mismo chico de siempre, dulce pero a la vez un perfecto cretino. Lo
conocía bien, por eso podía estar segura que seguía siendo el mismo pero él, ya
no me conocía a mi. Había pasado un año desde la ultima vez que lo vi y que
perdí total contacto con él, por todo el daño que me causo aquella noche. Un
año en el que mi vida había cambiado para siempre e irremediablemente. Ahora
todo era distinto, me dije a mi misma y lo mire a los ojos nuevamente.
-
Hola Marcus-
hable y le di un besito en la mejilla. Su colonia me invadió los pulmones por
completo y sentí después de mucho que estaba cerca de alguien que en verdad
quería. Me aleje con lentitud antes de que diera paso a otra cosa y le sonreí
débilmente como hacia cada vez que lo veía.
-
Ale…- dijo con
una sonrisa espléndida. Me toco la mejilla como si estuviera comprobando que
era de verdad y no simplemente un sueño. Sentí un respingo en mi espalda, una
corriente eléctrica que indicaba que mi adrenalina estaba subiendo. ¿Cómo era
posible que tan solo una de sus manos me hiciera perder el control? ¿Y tanto
entrenamiento para que?- has cambiado mucho- concluyo y sin previo aviso me
abraso con fuerza, quede pegada a su pecho, sentí su rítmico corazón sonar al
compás del mío y supe que era demasiado para mi.
-
Ha pasado un
año- dije cortante mientras me alejaba de él y comenzaba a caminar por el
parque lleno de árboles frondosos – y tu no has cambiado nada- dije con una
ligera sonrisa mientras le tendía la mano para que el entrelazara nuestros
dedos.
Se que era prematuro, que me había hecho más daño que
nadie y que después de tanto tiempo no debía de tener tanta confianza con él
pero necesitaba tenerlo cerca para saber que no se iría. Necesitaba saber que a
pesar de todo lo vivido, Marcus aun seguía teniendo esa dulzura que ame desde
el principio y que jamás olvidaría. Al parecer, Marcus sintió lo mismo, me tomo
la mano con una linda sonrisa en el rostro.
-
¿Qué? ha
sido de tu vida? Te perdí y desapareciste de…
-
De tu mundo-
dije rápidamente- no quiero sonar descortés Marcus, después de todo es la
primera vez que me contacto contigo desde hace un año pero en definitiva tuve
que hacer un gran esfuerzo para llamarte.
-
No sonó
descortés, tu jamás suenas descortés.
-
No seas
adulador, me conozco tan bien que sabes que conmigo eso no funciona. Y respecto
a tu pregunta, me fui a Velmont por una temporada, quería estar lejos de todos.
– sobre todo de ti pensé pero no lo dije
-
Me
confundes- dijo después de un largo silencio. Preferí soltar su mano y alejarme
un poco de él- ¿entonces por que apenas regresaste me buscaste?- preguntó,
suspiré mientras lo miraba a los ojos.
-
Por que es
momento de olvidar el pasado y perdonar para seguir adelante. Además nunca dejé
de preguntarme como te iba, tal vez sea el momento de que me digas, que fue de
ti…
Nos sentamos en una banca de madera y me hablo sobre su
vida, sobre como le iba en la universidad, que había pasado con sus amigos y
familia. A cada instante, sentía más confianza con él, volvíamos a reír y
comenzábamos a jugar como antes. Caí en la cuenta que siempre seria así con
Marcus. Que importaba si nos habíamos hecho daño antes, siempre terminaríamos
de alguna manera de nuevo juntos, tal vez solo para hablar o pasar el tiempo,
pero lo cierto es que siempre nos buscaríamos. Llegó el momento de hablarle
sobre mi, algo que había estado tratando de evitar todo la noche por que no
quería mentirle pero tampoco podía decirle la verdad.
-
¿Por qué
Velmont? Esta muy lejos de aquí ¿no?- preguntó
-
Por que
tengo familia allí- dije, mi primera mentira. Yo no tengo familia. Ya no, desde
que mamá murió hace 5 años, ¿pero, Marcus tenia que saber eso?
-
Pensé que…
-
Eran los
tíos abuelos de mi madre, lo más cercano que tengo de familia.- le corte antes
de que preguntara algo más.
-
¿Y qué
hiciste allí?
-
Estudie un
poco.- mentí otra vez, no estudie nada, me entrene.
-
Genial….
¿conociste a alguien?- preguntó indeciso después de un largo silencio
-
A muchas
personas, soy alguien muy sociable ¿lo recuerdas?- dije y le sonreí con algo de
ironía. Marcus sabia muy bien que me costaba hablar con la gente o por lo menos
eso era antes.
-
Me refiero
a….a que si estuviste con alguien.
-
Ah…pues no-
dije por primera vez la verdad. No había tiempo para nada, solo practicaba
para regresar a ti. Pensé pero preferí no decir nada.
-
Yo tan poco
he estado con nadie- dijo el y yo reí.
Mi risa resonó en todo el parque. Hasta ese momento no
había percibido que aquel parque tan extenso estaba algo desolado y silencioso,
aun así le reste importancia y miré nuevamente los ojos de Marcus. Me paré y lo
miré a los ojos con ironía.
-
Tu, Marcus
Fleyn, el chico más popular de Libertown no estuvo con nadie ¿todo un
año?- pregunté con una ceja levantada.
-
No tuve nada serio todo el año, te esperaba a
ti…mas bien te buscaba.
-
Tu te
deshiciste de mi- dije soltando su mano que nuevamente se había entrelazado a
la mía- ¿cómo crees que piense que me estuviste buscando si tu me dejaste?
-
Fui un tonto
Ale, todos los días me lo repito, yo…yo no pensaba. ¿Me entiendes?
-
Tu jamás
piensas…- dije en un susurro, molesta por que acaba de abrir la herida, los
recuerdos ahora llegaban a mi con mucho dolor y rabia. Me abrasó con fuerza y
pude ver por fin, justo detrás de el, un par de sombras que se movían por los
árboles, con sigilo pero rapidez, se acercaban a nosotros.- Marcus…- hable en
un susurro frio.
-
¿Qué?-
preguntó el sin soltarme.
-
¿Vez a
alguien detrás de mi? Por los árboles, ¿hay alguien?- le pregunte en un susurro
casi inaudible. Marcus se tenso por un instante.
-
Si.- al
decirlo mi corazón comenzó a latir con rapidez, sentí la adrenalina recorrer
por todo mi cuerpo. Es que jamás me dejarían sola?- deben de ser mas parejas
como nosotros- dijo el y se destenso pero yo sabia muy bien quienes eran.
Reconocía su aroma de muerte a distancia.
-
Marcus, te
amo- hable de improviso. Tome su rostro con mis dos manos y le di un beso.
Marcus me abraso por la cintura y quiso seguir con el beso pero no había
tiempo, junte nuestras frentes.- por favor, pase lo que pase no huyas de mi.-
dije en un susurro.
-
Que?-
pregunto el pero ya no hubo tiempo para aclarar mas cosas.
Con la agilidad de un gato saque de mi bolso las 4
shurikens en forma de estrella que siempre tenia. Sin darles tiempo para
acercarse mas, lance dos con tal precisión que las dos sombras que nos
asechaban por detrás de la espalda de Marcus se desplomaran al suelo sin vida.
Voltee y con un rápido vistazo a todo mi alrededor, me di cuenta que no eran
solo 4 como yo pensaba, sino se acercaban 4 mas por los otros dos costados.
-
Ya van dos
faltan 6- me dije a mi misma y lance mis ultimas dos shurikens a los que
estaban detrás de mi.
Eran hombres completamente de negro que se hicieron humo
al desplomarse. “Los demonios siempre van a su realidad a morir, jamás lo
hacen acá” me dijo la voz de mi maestro. Esto era una casería, me estaban
cazando. Es de lo que me había advertido mi maestro. Fuera de los perímetros
reales, yo seria un blanco para todos los demonios que quisieran mi sangre para
poder mutar en algo más. Pero estaba preparada ahora si que lo estaba.
-
Que haces?- pregunto asustado Marcus. Le
acaricie el rostro antes de que comenzara la verdadera acción.
-
Confía en
mi- dije antes de correr hacia los otros dos hombres que se acercaban con
rapidez inhumana por la derecha.
Metí las manos a los bolsillos de mi casaca y de ellas
saque las medias lunas que me habían regalado en el instituto. Cada una tenia
otras dos medias lunas contrapuestas muy filudas, dejando un espacio en el
centro en forma semi ovalada para que pudiera agarrarlas desde allí y matar a
cualquiera con este arma. Eran difíciles de utilizar si uno no sabia, por que
tenían doble filo, pero para mi era pan comido. En tan solo unos segundos ya
había acabado con el primer demonio que solo trataba de llegar a mi cuello.
Otro minuto mas y acaba con el segundo demonio pero el grito desgarrador de
Marcus me paralizo y el monstruo tuvo la oportunidad para morderme el hombro.
-
¡Mierda!- grite
furiosa y lo decapite de una sola. Su asqueroso icor color verde oscuro callo a
mi rostro en gotas que ardían.
Vi a Marcus y observé como trataba desesperadamente de
defenderse de sus atacantes pero estos le mordían el cuerpo sin piedad. Sin
pensarlo dos veces lance mis dagas en forma de medialunas a los atacantes que
cayeron desplomados al suelo.Corrí a ayudar a Marcus y lo sostuve justo a
tiempo para que no se desplomara igual. Sentí el olor de su sangre en dos zonas
del cuerpo, sus cortes no eran nada profundos pero sabia muy bien que la
mordida de un demonio aun que no producía la muerte inmediata de un humano era
muy dolorosa, mas que si uno me mordiera a mi. Se escucharon gritos y las
sirenas de algunos patrulleros. De seguro el grito de Marcus había despertado a
mitad del vecindario y los había alarmado de algún peligro.
-
Estas bien?-
le pregunte en un susurro
-
Si…- dijo
con debilidad- que fue eso?
-
Demonios
Avox.- respondi- te contare todo pero primero tenemos que salir de aquí, no
quiero que la policía nos vea. - Tome la mano de Marcus y me dispuse a correr
pero este se paro en seco. Voltee la mirada y lo vi a los ojos, no teníamos
tiempo para escenitas, teníamos que salir de allí y no solo por los policías
sino que si esos Avox habían seguido mi rastro estaba segura de que vendrían
mas. Además de que el icor comenzaría actuar en nuestros cuerpos pronto.
-
En que estas
metida Alejandra?- pregunto el y yo suspire.
-
Te lo voy a contar todo, lo prometo, pero
tenemos que salir de aquí! Ya!- dije y lo jale con fuerza.
¿Cómo explicarle que ya había muerto? ¿qué después de que
el terminara conmigo, sufrí un accidente en la autopista y que esta, por un
milagro es mi segunda vida? ¿Comó decirle que ahora mi sangre esta mezclada con
sangre de Ángeles y por eso me persiguen los demonios? ¿Comó hacerle entender
que ahora su vida esta entrelazada a la mía para siempre?
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